A pesar del escenario electoral que vive el país a raíz de la espera de los resultados presidenciales y de un posible gobierno de Pedro Castillo, candidato que con más del 99% de las actas procesadas se mantiene en primer lugar, el Banco Mundial (BM) corrigió al alza su proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del Perú para este año, de los 8,1% a los 10,3%. Es decir, elevó su estimado en más de 2 puntos porcentuales a pesar de un cambio de Gobierno.

El optimismo del organismo internacional se sustenta en que después de una profunda recesión en 2020, este año la economía nacional tendría un rebote estadístico, impulsado por el crecimiento del consumo privado y una aceleración de la inversión pública.

El BM también menciona que nuestro país se beneficiará con el incremento del precio del cobre.

En esa línea, incluso la última encuesta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) a empresarios respecto a la perspectiva de la economía a 12 meses se encuentra en tramo optimista, la cual considera el proceso electoral y tenía en primer lugar de las encuestas al candidato de Perú Libre.

Señales claras

Para Marcel Ramírez, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, las proyecciones del BM son optimistas y toma en cuenta el contexto internacional respecto al precio de los metales, lo cual sin duda contribuye también al crecimiento de la actividad nacional.

No obstante, indicó que de confirmarse a Pedro Castillo como el próximo presidente de la República, no solo será importante que se envíe un mensaje de tranquilidad hacia los agentes económicos, tal como lo ha venido haciendo en estos días, sino que deberá demostrarlo mediante acciones concretas en una eventual gestión, para que así las proyecciones económicas puedan mantenerse y cumplirse.

“[Va a depender de] la señal que se transmita sobre la estabilidad macrofiscal, eso significa sobre quién asumirá la cartera de Economía y el Banco Central y su autonomía. La sostenibilidad fiscal es crucial para el riesgo país y para el costo del crédito tanto de la deuda peruana como la deuda privada”, anotó Ramírez.

Por su parte, el economista Armando Mendoza destacó que debe haber una clara coordinación entre el gobierno entrante y el actual de transición, de Sagasti, en línea con la continuidad de obras y acciones que generalmente suelen quedar paralizadas por varios meses.

Asimismo, resaltó la apertura al diálogo con los empresarios y demás actores de los sectores económicos.

“Se puede ver que tanto el empresariado como el candidato, ya empezaron a dar señales de ponerse a conversar, donde evidentemente los intereses del Perú tendrán que ponerse primero”, agregó Mendoza.

Además, consideró importante un diálogo entre el candidato electo y el perdedor, con el fin de que no haya obstrucciones más adelante, lo cual sí afectaría al cumplimiento de las proyecciones económicas”.

Mendoza también manifestó que la recuperación macroeconómica se debe trasladar a la economía familiar, mediante la entrega de subsidios monetarios dirigidos hacia aquellos sectores más vulnerables, lo cual impulsará la demanda local y el consumo privado, factores considerados por el Banco Mundial para lograr la proyección del crecimiento del 10,3% de la economía peruana.